miércoles, 17 de octubre de 2007

Filosofía al paso


Hoy fue un día caótico más para la lista de ya casi tres docenas de ellos a causa de tonterías y no tonterías que por obra y gracia de la suerte o la contraposición de placer y displacer cíclica que todos atravesamos, están haciendo que sea un año “para aprender”.
Tal vez sea poco o no, pero para mi carácter biológico es más que eso y es inevitable.
Mi neurosis, introversión y mi ciclotímica personalidad se expresan en grandes cantidades de ansiedad, retraimiento, introspección autodestructiva y sensaciones de perdida hacia el peligro. Todo esto llegó a un punto máximo hoy cuando entre luces de carros, aceleradas y frenadas del micro y pensar en lo que me depara, subió un personaje común en el día a día del transporte público. Hablo del que vende caramelos o algún otro tipo de comestible manufacturado de dudosa procedencia que te viene a ofrecer discursos de ayuda y plegaria uno más creativo que el otro. Pero hoy fue especial, subió un tipo mucho más sensato que el resto, posiblemente cansado de dar pena o compasión y ofrecer algo más a la vida de las personas además de caramelos. Desatento, empecé a escuchar que no era el tipo de recital común en estos personajes, este era más pausado y reflexivo. Cuando escuche las primeras frases saqué papel y lápiz y logre apuntar un poco de su filosofía de bolsillo:

La vida señores es un mercado, se vende y se compran ilusiones, conveniencias intereses y conciencias. La verdadera amistad señores, no existe, la buena y pura voluntad es mera imaginación. (…) Como seres vivientes estamos siempre buscando sobrevivir, y cuando las condiciones cambian, las amistades se aflojan. Estamos inmersos en el laberinto de la vida donde domina la maldad y la mala voluntad.


No se puede saber si será cierto o no que lo que pensó fue por diferenciarse o porque en verdad piensa y sabe lo que dice. Comparto lo de la mala voluntad, pero que la pura amistad no existe, tampoco no es muy cierto. En fin, espero aparezcan más personajes con filosofía de bolsillo para que el día a día en el transporte público nos brinde más que caras largas. Éxitos.

lunes, 8 de octubre de 2007

Manifiesto antitauromaquia


Aun no logro entender como hay personas que pueden pagar una entrada, sentarse en ese matadero y sacar pañuelos como si se tratase de Zidane haciendo magia. En verdad, siendo más sensato si lo entiendo, idiotas buscando canalizar todo lo que puedan estar viviendo en una matanza que no tiene nada de arte y menos de equitativa. Sin comentar todo lo que le hacen al toro antes de que salga al centro del matadero, el único culpable de que se siga haciendo esto son todos estos idiotas de los que hablo. Si no pagaran su entrada por satisfacer sus deseos más animales, simplemente se dejaría de matar toros de esa manera. No puedo creer que con el argumento de que igual matamos y comemos pollo, carne u otro mamífero vivo, no podemos criticar su práctica. ¡BESTIAS!, nada tiene que ver fetiche enfermo con el ciclo de vida y/o la escala evolutiva. Más tonto aún son los toreros. Creen que son el personaje bueno, que salva a todo los idiotas de la amenaza del toro. Recordando lo maricas que se ven con sus licras y haciendo la media verónica, no me cabe que no sientan nada cuando ven al pobre animal arrastrándose con cinco banderillas en la espalda y una estocada final.
Personalmente, siento placer, y voy a ser sincero, cuando veo que el toro levanta en peso y cuernos al torero. Más aún cuando sale en camilla con los comentarios de que no podrá al “arte” de la corrida de toros. Y en todo caso, si están guardando una tradición de años, deberían mantener tradiciones aun más barbáricas para ver hasta donde puede llegar el alma humana.
En verdad no es una cuestión de salvar a esos toros que no le hacen daño a nadie, es más preocupante el asunto, como puede andar suelta toda esa gente que disfruta de ese tipo de espectáculos, he ahí el gran problema. Es como cuando dicen que las armas son las culpables de tanta guerra, son idioteces, los culpables son esa otra clase de estúpidos que quiere matar. Sin ofender a nadie, la corrida de toros es para tarados, no tiene nada de “arte” y lo voy a seguir repitiendo. Si quieren ver violencia vayan a ver lucha libre, donde dos taraditos que eligen hacer eso partiendo de circunstancias iguales y haciendo uso de su libertad, se matan entre sí, y es su problema. Éxitos.

Más sano, más feliz, más productivo

Tras ciertas experiencias y detalles que uno empieza a hacer símbolos casi prejuiciosos de un cierto estereotipo de personas plastificadas como producto causa de una alineación y supervivencia cómoda dentro de un molde cada vez es menos humano, obtuve lo siguientes ítems que espero ilustre bien del tipo de persona de la que hablo.

- Cómodo
- No bebe demasiado, no por gusto sino por burocracia.
- Ejercicio regular en el gimnasio (tres días a la semana mínimo)
- Comiendo bien (no más cenas de microondas y grasas saturadas)
- Tienen la certeza de que un conductor mejor es más paciente
- Tienen el coche más seguro (niño sonriente en el asiento trasero)
- Durmiendo bien (sin malos sueños)
- Sin paranoias
- Mantiene el contacto con viejos amigos (disfruta de una copa de vez en cuando)
- Frecuentemente dispondrá de cuenta de crédito en un (moral) banco con agujero en la pared.
- Cariñoso pero no enamorado (novias y esposas).
- Ser casado es requisito para ascender laboral y socialmente.
- Supermercado todos los domingos
- Lavado de coche (también los domingos), porque así lo vio en una imagen bonita.
- No hace nada tan ridículamente juvenil y desesperado
- Menos hacer algo tan infantil, ya es una “persona seria”.
- Más despacio y más calculado todo.
- Un informado y facultado miembro de la sociedad, el amor por el saber viene mas por
pragmatismo que por idealismo.
- No llorará en público.
- neumáticos que se agarran en suelo húmedo (tirará del niño atado en el asiento trasero)
- Siempre limpio y afeitado.
- Una buena memoria.
- Aún llora en una buena película.
- Aún besa con saliva.
- Es una mierda que parece invierno congelado (la habilidad de reír de la debilidad).
- Más en forma, más sano y más productivo.