
Ultimamente, contando ya dos años y un poco más, me da vueltas en la cabeza la rutina en la que estoy inmerso: levantarse temprano, bañarse, decir “Buenos dias” y “Hola que tal?” tan automatico como si decidiese un dia poner piloto automatico y esperar que algún detalle o un objeto entre a romper con ello. Caminar sin mirar especificamente nada, ver television como si se tratase de alguna esperanza escondida en esa pantalla, sin encontrar nada simplemente seguir alimentandonos de deseos inutiles gracias al trabajo en el que me desempeño. Que quedan de tantas horas frente al televisor? Seguramente uno de acuerda a las justas de su programa favorito o de CNN pasando el atentado a las torres gemelas, y en todo caso lo único que queda es una imagen de uno viendo el televisor pero sin recordar especificamente qué. De este modo se simplifica el tiempo vivido como si hubiese pasado en vano.
La mayoria de nosotros tenemos una vision finalista de nuestra vida, creemos que todo lo que hacemos, incluso en piloto automatico, en especial lo que hacemos repetidamente, que de todas maneras tiene una significancia o deben dar algún fruto en nuestras vidas. Pero en realidad no sucede así, la mayoria de nuestros actos llegan a ser inutiles para algun futuro esperado, simplemente pasamos el tiempo, la mayoria de nuestros actos son como los libritos llenos de sudokus o pupiletras. Pocas veces somos un libro de Kant o, más romantico, una obra de Borges. Nuestros actos tejen una niebla gris que literalmente no sirve para nada.
Bastantes malos dias, hace una mala vida, detenerse en cada momento puede ser la clave, la idea de estar pensando en futuro es lo que hace este desperdicio de tiempo y hacer que los momentos sean recordados como una imagen gris. En lineas generales, nuestra vida depende casi la mayoria de veces de detalles insignificantes, una llamada no contestada puede anular un final prometedor, es una mezcla de causalidad y casualidad, el destino no existe como tal.
Exitos.
La mayoria de nosotros tenemos una vision finalista de nuestra vida, creemos que todo lo que hacemos, incluso en piloto automatico, en especial lo que hacemos repetidamente, que de todas maneras tiene una significancia o deben dar algún fruto en nuestras vidas. Pero en realidad no sucede así, la mayoria de nuestros actos llegan a ser inutiles para algun futuro esperado, simplemente pasamos el tiempo, la mayoria de nuestros actos son como los libritos llenos de sudokus o pupiletras. Pocas veces somos un libro de Kant o, más romantico, una obra de Borges. Nuestros actos tejen una niebla gris que literalmente no sirve para nada.
Bastantes malos dias, hace una mala vida, detenerse en cada momento puede ser la clave, la idea de estar pensando en futuro es lo que hace este desperdicio de tiempo y hacer que los momentos sean recordados como una imagen gris. En lineas generales, nuestra vida depende casi la mayoria de veces de detalles insignificantes, una llamada no contestada puede anular un final prometedor, es una mezcla de causalidad y casualidad, el destino no existe como tal.
Exitos.



