
Ayer fue un domingo como hace tiempo no podia experimentar, tiempo que derrochaba mensajes de prender el DVD y ver el cumulo de cine que compré y se aburren su cajon. Como era un día diferente, decidí regalarme la proyeccion de “Inland Empire”, lo ultimo de David Lynch. Solo puedo decir que David Lynch juega con nosotros, constantemente estamos en un estado de contención a través de su discurso, absurdo y onírico siempre, perturbadoras en escencia.
Cuando comento sobre las peliculas de este director o por casualidad las veo con alguien, siempre estan en la busqueda de lo lógico, el caos parece ser aburrido y generalmente distanciado. El ser humano busca siempre el orden, una explicación a todo lo que nos rodea, de ahí la existencia de la mitología y la religión. El problema de discurso de Lynch es que no la tiene, hacer que nos sintamos incomodos al carecer de orden total y surrealismo que esconde hiperrealismo. Las reacciones más communes es incomodidad, desorientación. Supongo es ahí cuando se generan dos niveles de discurso, uno sobre nosotros, los espectadores y otro sobre los personajes dentro del film.
Esta no es una película para sentirse cómodo, para divertirse o entretenerse, que es el fin de la mayoría de las películas hollywoodenses. Es una invitación a presenciar un nivel estético excelentemente trabajado y pulido a través de las películas de director y llevándolo a su climax.
Uno de sus principales elementos en sus peliculas es la diacronía temporal y espacial, y los elementos oníricos tan característicos de Lynch. Otro elemento del metadiscurso del director, fue a mi pensar, la duración del film, llevando la temática de la película al extremo más tangible. A fin de cuentas entender la película en cuanto a su estructura narrativa no es importante, no en cambio LA SENSACION DE LO QUE SE SUCEDE. Como en el surrealismo, aunque no es una película surrealista claro, no hay explicación coherente, hay sensaciones que nos mueven y nos hacen reflexionar, cada quien a un nivel subjetivo de análisis, esta es la clave de este tipo de peliculas y el comienzo para una buena predisposicion a no renegar de su “ilógica”.
En mi caso llegó un momento que toque el límite de la angustia, del desconcierto.
En lineas generales, Lynch transita casi siempre entre la ambigüedad entre la belleza superflua y la POBREDUMBRE social. Siempre lo plástico como la superficie bajo la cual yace el volumen de la existencia, la materia que en veces no es tan agradable.
Inland Empire crea reacciones, sentimientos, no de los más cómodos.
No puedo dejar de recalcar la perturbadora y excelente metáfora del programa de "burros" para "los burros que ven T.V.". Sonidos perturbadores, diálogos estúpidos muy bien satirisados. Es la idea de la television de hoy hay que vernos lo embrutecidos que nos vemos viendo telenovelas y futbol, y todo lo que vemos es el formato de las estupidizantes telenovelas.
Una pelicula altamente recommendable. Exitos.

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