sábado, 24 de mayo de 2008

¿Dios sabe porque hace las cosas?



Solo puedo comenzar diciendo a los más acérrimos creyentes y a los que simplemente les va y les viene, que Díos no siempre lo sabe.

Se me ocurrió escribir sobre esta idea esperanzadora del destino. Antes de empezar a hablar huevadas sobre esta palabra, quiero aclarar que esta fuera de toda creencia religiosa o alguna especie de fanatismo. Además, esta fuera de la idea de que estamos acá para hacer lo mejor que podamos ser y para lo que estamos hechos, eso es natural, todos tenemos una potencia que tiene que ser convertida en acto e intentar vivir con la menor cantidad de actos fallidos, sean concientes o inconcientes.

Centrándome en el tema del destino, luego de hacer las aclaraciones del caso, no es más que un
consuelo, que funciona en muchos casos para no entrar en caos, pero hay que decir las cosas, no existe el destino. No hay un camino en el que cada uno tiene que seguir, y siendo en todos casos y una arista de la existencia humana la idea de llegar a ser felices. Es cruel lo del destino, porque uno nunca se llega a estar cien por ciento seguro de que ese es. O simplemente asumen lo que le toca y se hacen la idea de que es su destino. Podemos cambiar todo en todo momento. Incluso hay momentos en que no nos damos cuenta pero la suerte, el azar, o como quieran llamarlo, juega un papel importante en momentos cruciales en nuestras vidas, las cambian radicalmente y sin que uno se pueda dar cuenta de esos puntos de quiebre. La idea de que yo puedo alterar mi destino es sentirse libre dentro de ese carril que uno mismo se crea, y me vienen con la idea de que pueden cambiarlo siempre: “puedo cambiar mi destino”. Pero es un círculo vicioso, al fin y al cabo, si dices que puedes cambiar tu destino cuando quieras, sigues en ese destino. El destino sería en todo caso una elección más no un plan establecido. No hay que darle una explicación a eso. Solo pasa, y hay que vivir con eso. No hay un mapa de por donde debe ir cada uno, el ser humano tiende a pensar que es el centro del universo desde la escenificación corporal misma de los Dioses. ¿Tienen que tener formas humanas?. Es raro. Existe un Dios, si y este es creador, más no intercesor. No puede alterar nuestra vida.

Por otro lado, hay una frase que es aun más consoladora ante las fatalidades de la vida, que son necesarias, porque sin desgracia no hay felicidad y así sucesivamente, es “las cosas pasan por algo” – agradecer a Sebastián Martins, más conocido como Almodóvar por su lucha sobre esta realidad -. Las cosas no pasan por algo. Tienden a pensar que eso malo que te paso es necesariamente algo que el destino lo hizo para que llegue por arte de magia la felicidad que estas esperando. Así no funciona, somos una tabula raza, un papel en blanco donde se empieza a escribir nuestra existencia y programa de experiencias, depende de nosotros todo, absolutamente todo. Lamentablemente las cosas pasan, cosas malas, cosas buenas. Si nos sentamos esperando que las cosas pasan por algo para que caiga el porvenir, estamos empezando mal. Depende solo de nosotros. Incluso, esta frase, es más cruel aún, poniéndose en el caso de que sea así, lamentablemente, como se quisiera, al final de la vida no todos son felices, las cosas siempre pueden salir peor, hay que afrontarlas, y aceptar de que así son las cosas. Esperar la promesa de esa frase es contraproducente. Miles de personas mueren de hambre, ¿y ellos que?, si realmente fuera así como dice la frase, todos somos iguales, nadie tendría la exclusividad de la promesa de esa frase.
Por otro lado, si intento dar una explicación de porque se puede creer en eso, es porque se relaciona cualquier cosa buena que sucede después de que te pasara algo lamentable, y como concuerda, la Fé aumenta. Es como el Horóscopo.

Alguien me dijo que ese enunciado quiere decir que todo trae consecuencias y las cosas pasan para aprender de ellas, esta muy bien. Pero esa frase no expresa eso. Es cierto, todo repercute o tiene consecuencias, es una ley natural, y si debemos de aprender de los errores. Pero la frase no es utilizada de esa manera, sigue siendo consoladora.
Pensaran que tengo una visión fatalista de la vida, puede ser, pero en mi agnosticismo no cabe esa idea. Yo hago mi mal llamado “destino”. Ya nacimos con esta idea de pensar que somos el centro de las cosas, y felizmente, aparecieron las tres heridas narcisistas del hombre: Galileo con la idea de que el sol no gira alrededor de nosotros, que termino siendo condenado por hereje, Darwin con su idea de que solo somos parte de la evolución, y Freud que decía que no somos totalmente racionales ni dueños de nuestros actos. Duro pero real, y no tiene que ser mal interpretado.

Cada uno tiene su opinión y se respeta, alguna queja dejar un comentario. Solo que la idea del destino me parece en todo caso mal concebida.
En fin, actúen como si todo dependiera de ustedes y crean en su Dios como si todo dependiera de el, así solo sea para mantener esa fé. Éxitos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

entonces la frase "somos dueños de nuestro destino" queda?..pero si no hay un destino establecido..no somos dueños de nada...dueños de nosotros mismo?...si no?...d quien más...

Yanh dijo...

Me encontre esta publicacion por coincidencia..pero me parece excelente! La verdad vivimos enganados..Tenemos una realidad que simplemente no nos conviene ver. Te felicito por la publicacion!