domingo, 12 de agosto de 2007

cholé...al puro estilo Romano


Para contar esta historia, también denominada fenómeno, me voy a remitir a códigos o únicamente a los hechos mismos para no hacer vivas luces de los nombres de mis buenos amigos, que sin ninguna duda entenderán de quienes estoy hablando. El día de ayer estuvo previsto un reencuentro que hacia tiempo no se suscitaba, dicha comitiva es conocida por perder la noción de tiempo y espacio, sumergirse en alcohol, y cambiar totalmente su manera de existir para en el mejor de los casos repartir besos – en la boca también sucede – y te quieros a todos, termina siendo una fiesta romana gay; o en eventuales ocasiones buscar conflicto a personajes especiales o simplemente pelearse por que el otro existe y no me gusta. Siendo estos los dos extremos de las aristas por donde varia una reunión de esta índole, comenzamos hablando de cómo hacer dinero, que tal camioneta es de pm, y temas que flotan en la superficie. Pero luego, como es inevitable y ya casi un dogma de fé en dos de dichos personajes, salió como por arte de magia el nombre de una “semi-diosa” que ha tenido paranoicamente obsesionado a dos de mis amigos: cuchillo, lápiz, ambulancia – creo que esta de más nombrarla, se da por sentada su humanidad -. Pasaron los minutos, y se recordaban historias que mil veces las contamos pero con los efectos del alcohol parece como si ni las hubiéramos vivido y cada uno merece una risa demás euforiosa. Entre risas y jodas, uno de ellos menciona la palabra mágica de “ya vamos”, y efectivamente era casi la una de la mañana. Toño, personaje que no se va a molestar si es que lo menciono por que por alguna razón tenemos inmunidad a esta fiebre llamada Vocé, me comenta temeroso de lo que se espera, y afectivamente, la cara perturbada por el alcohol y la costumbre de nuestros compañeros y siempre finas frases como: “hoy levanto todo”, “hoy quiero a cinco”, “eso es vida”, y enrumbamos a la mal llamada “sucursal de Gótica” para gusto aspiracional de alguno de ellos. Podría dar explicaciones psicológicas, pero no va al caso, es buen tema para otra entrada.
Una vez ahí, el costo de la entrada es de veinte nuevos soles, que para mi percepción de costo-beneficio, preferiría gastarlos mil veces en sargento y/o alrededores. Pero como era una ocasión especial, y a pesar de tener este virus: son mis amigos. A la entrada, me sorprendió el brazo de un dizque VIP – porque más peso que yo, no tenía – diciéndome que la entrada es con camisa y zapatos, y que no podía entrar – me llene de alegría y pensé que ya emprendería mi “penosa” retirada. Pero uno de mis amigos, que estaba pasado de copas, o casi “borracho hasta su culo”, evidentemente no vio mejor oportunidad para iniciar una pelea, la cual se apaciguó con la entrada de la gente y para mi desgracia, el VIP terminó cediendo y diciéndome esta frase que me alegró la noche: “te dejo pasar pero que sea ultima vez”. Está demás decir, y hasta jurar por mi tío Philip Butters, que no regreso. Una vez a dentro no se podía caminar, y el olor asemeja a la línea de Buses “Pluma” que cubre la ruta Puno – Moquegua de doce del día. No es ser despectivo, solo descriptivo. Incluso, si bien recuerdo, uno de mis queridos amigos soltó esta mítica frase: “acaso no te encanta sentir el sudor cayendo por la espalda de una de esas cholitas”. Me abstengo de darle algún adjetivo a esa frase.
Fueron pasando los minutos y te encuentras con otros aliados a esta comitiva que son infaltables en este local, a pesar de su avanzada edad, mantienen ese constante vínculo con niñas del colegio y sus maratonianas temporadas en el rico ancon. Haciendo una descripción panorámica de la situación en general, era galanería pura y en su máxima expresión. Vi gestos de cariño mal intencionado en varios de ellos, sus caras hacían notar arrechura desenfrenada. Un punto importante a resaltar es que apenas sacan a bailar a una susodicha, no esperan ni que ella le diga su nombre para empezar, como pollo comiendo maíz con movimientos rápido de cabeza y cuello, buscando los lindos labios de la señorita. Y si eso no es poco, antes de acabar la primera canción, son capaces de soltar frases como: “quieres cachar”. De lo cual ya estoy acostumbrado a escuchárselos decir pero seguramente a muchos de los que estén leyendo, les va a sorprender. Así van pasando los minutos y con ellos las “chicas” que van probando. ES UN FESTIN AL PURO ESTILO ROMANO – al mejor estilo de “El Bacanal” de Tiziano Vecellio version moderna. Terminado esto, me retiré con mi compinche Toño en busca de un lugar menos frívolo. Terminamos saliendo contentos por la experiencia y las risas compartidas por tan escalofriante espectáculo. Espero se vuelvan a repetir interminables borracheras pero por decisión propia, no quiero pisar ese lugar. Si no fuese por la experiencia, no podría escribir lo que fue el día de ayer. Saludos a todos ellos esperando que cambien su actitud. Quiero terminar despidiendome diciendo que "No todos los días se come lomo", es verdad, pero amigos, dejen esa vida. Exitos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Definitivamente hay un sesgo hacia lo malo de Voche, acepto que lo q encuentras no son manjares, pero bien dice el refran: "Lo facil no quita lo decente". Por otro lado tiene una infraestructura moderna, excelente musica y gente con ganas de divertirse y bien lo saben. Y finalmente cabe resaltar que ese " nunca mas vuelvo a ir" del escritor, ya lo habia escuchado antes de que vayamos este fin, sequen sus conclusiones.

Anónimo dijo...

Eso era Vocé, el Break o el Tequila? beto a saber porque yo nunca entre en esas ligas, si no es tu nota no corre pues...

JORGEM dijo...

Bastante desubicado el comentario del tal ricardo.